Sector repostero y pastelero

Los menorquines tenemos fama de ser golosos. Menorca dispone de una riqueza gastronómica dentro del mundo de la repostería y la pastelería que sorprende muy gratamente a los paladares más exquisitos.

 

En Menorca hay una repostería y una pastelería propia de cada estación. La pasta elaborada con harina y manteca de cerdo es la protagonista de las formatjades de carne y de pescado, los flaons de queso, crespells y crespellets, de gran variedad de rellenos, de sobrasada, de confitura, de boniato, etc. Los rubiols, las tortas y los panecillos de Viena, así como las cañas, son otros de los productos estrella.

 

Los sucrers, tal como se llamaban los artesanos del dulce, han sabido conservar las antiguas recetas, que han pasado de generación en generación, ya que hablar de pastelería y repostería es hablar de tradición, de raíces. También han sabido innovar y adaptarse a las nuevas necesidades, como puede ser la pastelería dedicada a las intolerancias alimentarias. Merengues, imperiales, medias lunas, palos e infinidad de dulces que suelen ir acompañados de congretes nos trasladan a la época británica.

 

La tarta de almendra, adornada con merengue y guindas, es sin duda la protagonista principal de la pastelería de la isla, sin dejar de lado el brazo de gitano, los amargos y los carquinyols, también con la almendra como protagonista.

Tampoco nos podemos olvidar de las formatjades de carne o de pescado, los flaons de queso o crespells o crespellets con una gran variedad de relleno, así como muchos otros.

 

En cuanto a la cocina de estaciones, podemos destacar en Navidad los rollos, los carquinyols, los amargos, el turrón de la reina, etc; los buñuelos por Todos los Santos, elaborados con patata o boniato y bañados con miel de Menorca, y nuestra coca bamba, que se toma en desayunos y meriendas los días de las fiestas patronales. No podemos olvidar los macarrones o aludes entregadas por San Juan a los jinetes de las fiestas, así como los esperados besitos y caramelos de Pascua.